Desde que Malta se incorporó a la UE en 2004, el país se convirtió en una jurisdicción de primer orden para las estructuras de holding empresarial con diferentes fines, como los grupos multinacionales y la tenencia de activos de personas de elevados ingresos. En los últimos años, las autoridades se han ocupado de renovar las leyes y reglamentos relativos a los fideicomisos y las fundaciones.

La elección de la mejor jurisdicción de fideicomisos es difícil. Depende de muchos factores, como el marco jurídico reglamentario, la competencia de los proveedores de servicios, los costos operacionales y el sistema judicial. Las reformas realizadas desde 2014 han convertido a Malta en una jurisdicción digna de confianza para quienes deseen proteger su legado.

La ley maltesa establece los principales fideicomisos disponibles en la mayoría de las jurisdicciones de derecho anglosajón:

-Fideicomisos discrecionales.

-Fideicomisos de acumulación y mantenimiento.

-Fideicomisos de interés fijo.

-Fideicomisos para spendthrift. 

-Fideicomisos de caridad.

-Fideicomisos de la unidad.


¿Qué beneficios tiene la creación de un fideicomiso para los que quieren prestar servicios de fideicomiso y para los que quieren crear fideicomisos? A continuación, sólo mencionemos algunos:

-Incentiva a las compañías fiduciarias existentes a registrarse en Malta como operaciones continuadas. Eso significa que pueden redomiciliarse en la isla sin disolver su estructura en su jurisdicción de origen y ser reincorporadas en Malta.

La redomiciliación permite continuar la personalidad jurídica de la empresa de una jurisdicción a otra, lo que significa que el negocio y los activos no tienen que ser transferidos a la nueva entidad.

-Las sociedades fiduciarias extranjeras pueden establecer sucursales o filiales en Malta. Si han obtenido una licencia de fideicomisario por parte de la autoridad reguladora de su jurisdicción de origen y desean establecer una sucursal maltesa, la autorización en Malta puede obtenerse en tan sólo 45 días con menos costos. 

-Los fideicomisos extranjeros no tienen que registrarse en Malta, aunque se administren desde allí.

-Bajos derechos de registro en comparación con otras jurisdicciones europeas.

-Según el modelo de transparencia fiscal, los fideicomisos malteses pueden ser tratados como sociedades para fines fiscales. Así pues, los ingresos del fideicomiso no pueden gravarse al fideicomisario si se distribuyen al beneficiario.

-Exención de los derechos de registro anual, de fallecimiento, de timbre o de derechos de aduana sobre los bienes importados en el país. 

-Normas de confidencialidad de alto nivel sobre la identidad de los beneficiarios.